VISIÓN ETERNA

No te quedes en Babel

No te quedes en Babel

El nacimiento de Babilonia como nación se relata en Génesis 11:9. Fue la primera vez que alguien se levanto contra Dios para crear una nación apartada de Él. No te quedes en Babel. Seguí leyendo y sabrás porque.

Cuenta la Biblia en Génesis 11 que la tierra hablaba un mismo idioma y tenía una misma causa y objetivo de vida. Estos hombres eran provenientes de los descendientes de Noé que bajaron del monte Ararat después del diluvio. No te quedes en Babel es una reflexión acerca de nuestra necesidad de habitar en la única verdad que es Jesucristo.

Su plan común era edificar una ciudad y tener un solo gobierno propio apartando a Dios de sus caminos y viviendo de acuerdo a sus propios deseos. Babilonia es un reflejo del reinado del Anticristo. Se manifiesta a través de la incredulidad y la rebeldía. Una característica que se profundizo durante el siglo pasado con la llegada del relativismo y el ateísmo de las nuevas corrientes filosóficas.

Los hombres encontraron una llanura en la Tierra de Sinar y se establecieron allí decididos a forjar un futuro en ese lugar. Se dice que las «cabeceras del reino» de Nimrod, Babel, Erec, Acad y Calne, eran ciudades situadas «en la tierra de Sinar». Es en este lugar donde decidieron construir la famosa torre de Babel que narra La Biblia.

Noé fue un hombre de fé, aquel que le creyó a Dios y decidió construir el Arca para poder salvarse junto con su familia. Lo que no supo fue sembrar eso en sus hijos y cada uno de ellos crecio con una mente confundida. Eso sucede cuando en nuestra vida no hay una firme convicción de fé. Fue así como cada uno de ellos luego formo un Reino caracterizado justamente principalmente por la confusíon. Eso significa Babel. Babel deriva de Babilonia y significa confusión.

¿Te suena similar a lo que pasa hoy en día?. El resultado de quedarse en babel es tener una mente dividida. Confundida, aislada, insegura. Usa la fé dada por Dios y la enfoca en cosas efimeras que no producen ningún fruto sano. La confusión se reproduce en más confusión. Cuando Dios decide cambiar el lenguaje, lo que hace es manifestar el espíritu que gobernaba la mente de estas personas. Confundidos deciden unirse cada uno según su entendimiento y propósito y continuar su camino hacia otros lugares. De esta manera se poblo la tierra y cada cual se fue a edificar su propia confusión. En resumen cada uno siguió el deseo de su corazón.

La confusión es la forma de vida que tenemos cuando estamos apartados de Dios y se manifiesta en distintas formas. Fue lo que sembro la serpiente en Adan y Eva mientras envenenaba sus pensamientos con palabras contaminadas por su rebelión. Cuando pasamos tiempo escuchando la voz del enemigo no sabemos que hacer, y hacemos lo que no debemos. A los que piensan que la caída de Adán y Eva fue repentina les cuento que no fue así. Dice la palabra que la serpiente (lucifer) era mas astuta que las otras bestias del campo. Cuando la Biblia habla de campo y bestias en realidad se refiere a los angeles caidos, a los demonios y el campo representa el lugar de gobierno del maligno. La conversación entre la serpiente y Eva tiene un aspecto muy profundo. Se nota que se creo una relación de confianza entre ambos hasta que finalmente la serpiente atacó.

No debemos quedarnos en Babel. Dios desea que tengamos una mente renovada. Que nuestro si sea si y nuestro no sea no. Tengamos una mente de convicciones firmes y de valores sólidos basados en Su Palabra. Un corazón puro, limpio. Nos invita a buscar y permanecer en su Reino en el cual no hay duda ni sombra de variación. Si hay algo que nos enseña la historia del mundo es que va de confusión en confusión.

Hay una gran noticia. Es que cuando venimos a Cristo y somos llenos del Espíritu Santo, la confusión se va. Dejamos Babel para vivir bajo la cobertura del Reino de Dios y somos guiados a toda verdad. Dios prometió llevarnos de victoria en victoria. Cuando habitamos en Su presencia y lo conocemos por la experiencia vivimos lo que es salir de confusión y entrar en la tierra donde fluye leche y miel. Un corazón puro y limpio entiende que Dios es UNO y que no hay otro fuera de Él. Y vos ¿Donde decidís quedarte?

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